Textos propios y ajenos. Música. Cine. Política. Mi novela "Caos muy berraco" la puedes comprar en Amazon. Email: betetablog@gmail.com Twitter: @betetacharly
Pedro, los hombres como tú le han fallado al pueblo siempre.
Pueblo hay. Tal vez tú no lo sepas allá en tu Falcon a punto
de conocer a rockeros de fama mundial y haciendo bromas con tus personas
cercanas (jamás me atrevería a decir amigos) sobre lo bien que lo hiciste.
Fuiste presidente con 85 tristes, patéticos y ridículos diputados. Hablo del
número. Luego ya cada cual se define con sus hechos y palabras. Presidente del
gobierno de España. Toma ya, el tío.
Luego fuiste a elecciones siendo ya presidente gracias a
Unidos Podemos que te hizo todo el trabajo en las bancadas donde tu presencia
no causa, precisamente, furor, ni siquiera simpatía. Llegó aquel abril y
conseguiste 123 diputados. Números de Almunia realmente, pero suficientes para
gobernar con el apoyo de Unidas Podemos, ERC y PNV. Habíamos ganado. La
izquierda había ganado.
Qué noche más agradable
aquella, Pedro. El PP había caído tanto que estaba a una patada de desaparecer.
Y aunque VOX había conseguido superar la veintena de diputados, su resultado
estaba lejos de sus sueños más húmedos.
Era primavera. Se oyó “con Rivera no” y se te heló la risa,
pero actuaste, como siempre, haciéndote el sueco. Sé que no te gustó, pero eran
las bases, tus afiliados y simpatizantes.
Era primavera y todo era posible. Dijiste que mejor se
esperara al resultado de las elecciones de mayo. No había ninguna necesidad de
ello, pero querías ir poco a poco. Pasó mayo. Y luego el esperpento.
No voy a relatar el esperpento. No voy a hablar de tus
mentiras, las de Carmen Calvo, las de Adriana Lastra, las de Ábalos. Meteos las
mentiras en el orto. No quiero volver sobre ellas. Fuisteis todo lo traidor que
cabía esperar cuando se os conoce un poco. Para vosotros y para vuestros
espejos.
Sólo quiero decirte, Pedro, presidente en funciones, que si el trifachito gana el domingo, si tenemos que sufrir a la extrema derecha los próximos cuatro años, deberías irte de España y no volver más, del mismo modo que en algunas culturas aquellos que causaban vergüenza en su familia tenían que irse para siempre.
No es que seamos familia. Yo ya sé que pueblo no eres. Yo ya
sé que acabarás en algún infecto consejo de administración de alguna infecta
empresa que necesita favores políticos ahora y los pagará más tarde.
Pero hazme el favor de irte lejos si aquí nos dejas la
ultraderecha.
Y hazme el favor de saberte indeseable aunque el lunes puedas ser presidente.
Estaban el otro día unos cuantos
indepes, muchos a decir verdad, intentando insultar a Jordi Évole llamándole “equidistante”.
En cuentas de twitter de ultraconservadores españoles (ya no existen fascistas
porque ahora todo es derecha o derechita cobarde), también se ha usado el término
para atacar a todo aquel que no entienda la realidad de España con la misma
óptica represiva que ellos. Se trata de polarizar tanto la situación que quien
no tome partido es culpable, casi más que tu rival/enemigo. Aquí no se salva
nadie. ¡Esto es España, coño! ¡Que es España, coño! Y así podrían haberse
tirado Tejero y García Carrés varias horas hablando si no fuera porque el
primero estaba atareado dando un golpe de estado.
Yo soy equidistante también. No
soy catalán sino andaluz. No soy un español de los de “soy español, español,
español” ni de los que llaman “lamejeques” a los que, presuntamente, insultan a
su patria. Soy español porque nací en un territorio que forma parte del estado
español y mi pasaporte deja bien claro que soy nacional de España. Otro tema es
mi resquemor personal por un estado que continúa, en muchas de sus estructuras,
perfiles y sentimientos (que no en todos) el estado nacido de otro golpe de
estado más exitoso que el de Tejero, el de julio de 1936.
No podemos decir que la España de
estos cuarenta años ha sido la que imaginó Franco para después de su muerte.
Eso es una falacia. Se habría muerto Franco mucho antes si un adivino le
hubiese dicho que un año y medio después de su muerte habría elecciones y ya ni
te cuento si le dicen que el PCE podía presentarse así como el PNV o los
sediciosos (nunca mejor dicho cuarenta años después) catalanes de Pujol.
Pero sí es cierto que el fascismo
de ese régimen ha sabido esconderse durante años como hacen algunos virus para
dar la cara más adelante, cuando los tiempos sean más propicios. Así nos
encontramos una Ley Mordaza hecha para reprimir con naturalidad y tranquilidad
porque está claro que si sales a la calle a protestar, eres un indeseable a
menos que lo hagas en Colón con las banderas de España porque hay un globo
sonda de un relator de no sé qué. Entonces sí mola protestar. Como buen
patriota. Nos encontramos con condenas de opinión a raperos o músicos por
insultar a la monarquía. A César Strawberry de Def Con Dos, los políticos del
PP le llaman “terrorista” y se quedan tan panchos. Lo dice un tribunal de justicia.
La justicia. Esa dama ciega que
en España tiene tanto resto visual que no le dejarían ni vender la ONCE si lo
intentara.
Me parece que los indepes no
obraron justamente en aquellos días del otoño de 2017, cuando decidieron ser
independientes del estado español obviando que la mitad del electorado catalán
no estaba de acuerdo con el referéndum y así habían votado dos años antes. No
se puede montar un referéndum como el que monta un festival de música. A
cholón, que dice un mesetario conocido mío.
No se puede tomar una decisión
tan importante como la de independizarse de un estado al que llevas unido, con
más o menos ganas, siglos con un referéndum que nadie creía – ni los que lo
organizaban- que podía ser considerado válido. Aparte del boicot español que
hacía que las garantías de cualquier votación democrática que se precie fueran
mínimas o nulas, estaba el hecho de convocar ese referéndum con una mayoría parlamentaria,
pero con un cincuenta por ciento de la sociedad solo de tu lado. ¿De verdad
tuvo sentido eso? ¿De verdad se puede sentir orgulloso el independentismo
catalán de eso?
Luego ya tenemos a la España de
siempre. La España que va retrasada respecto a otros países y dice “vale que os
habéis montado esa juerga, pero ahora la vais a pagar. Y la vais a pagar cara”.
Puigdemont se quitó de en medio a
la velocidad de Vinicius. Lo mismo hicieron otros consellers que no tenían
ganas de pisar una cárcel española. No les culpo. Solo hay una vida y no es
cuestión de pasar parte de ella encerrado porque no seas español de bien. Aún
menos culpo a Anna Gabriel, de las pocas personas metidas en este embrollo que
admiro. Ella no tenía ningún cargo de decisión, pero viendo el curso de los acontecimientos
parece evidente que se habría comido, mínimo, unos cuantos meses de cárcel. Por
indepe, por roja, por perroflauta y por antisistema. Anda. Mira tú qué bien. Y
Ortega Smith de diputado de las Cortes. Que no vayas a comparar la democracia
de Ortega con la de Anna Gabriel, esa terrorista.
En fin, que después de dos años y
de prisión provisional sin fianza para unos cuantos consellers y para los dos
Jordis, sale la sentencia y es la que todos conocemos. Junqueras que se muera
en el trullo. Los demás, una década de su vida. Y los Jordis, nueve años. Nueve
años de cárcel porque se subieron a un coche con un megáfono y la secretaria
del juzgado no pudo comer en doce horas (en el juicio se demostró que se comió
un bocata) y tuvo que salir por la azotea del edificio.
¡Esa es la democracia y la justicia que me gusta de mi país, claro que sí! ¿Cómo va esa señora a tener que salir por la azotea y estar encerrada con miedo dentro de la Conselleria de Economía pensando todo tipo de escenarios y encima pasando hambre? ¿Hay derecho a eso? Y hablando de escenarios, por un teatro contiguo tuvo que salir entre actores y mossos. A eso no hay derecho. Por lo tanto, nueve años de cárcel para los Jordis que no tenían ninguna responsabilidad política y cuya violencia mayor se circunscribe al asesinato de alguna mosca o mosquito molesto para sus personas y/o familias.
Entonces, ¿puedo pensar que
España es un país tan democrático como quisiera y que los tribunales dictan sentencias
sin prejuicios nacionalistas? No, no lo pienso. ¿Puedo pensar que los indepes
obraron bien al montar aquel referéndum y a pensar que su resultado era
vinculante para declarar la independencia del estado español? No, no lo pienso.
Por tanto, soy equidistante. De hecho, creo que esa equidistancia es lo único que puede salvarnos de acabar como Bosnia, a finales del siglo XX. Allí tampoco se aceptaba la equidistancia y así acabó todo. Aquí no hay armas para los indepes. Solo indepemillenials montando barricadas, tirando piedras y prendiendo fuego a cualquier cosa. También le han dado fuerte a Rufián por “equidistante”. Y es que el mastuerzo prototípico quiere y exige lealtad y penaliza con fuerza y rabia la disidencia intelectual o emocional. O conmigo o contra mí. Pues mire, señor mastuerzo indepe o señor mastuerzo nacionalista español: ni con uno ni con otro. Y si algún día no se puede elegir porque de ello depende tu vida (como pasó en el verano del 36), pues haré las maletas e iré a Suiza a decirle a Anna Gabriel que me gustaba mucho como política y que lamento que no pueda vivir en su país y en su casa rodeada de quienes ella -y con toda la intención va este verbo- estime.
Pedro Sánchez no podría dormir
con ministros de Podemos en el gobierno. Igualito que Santi Abascal. Son personas
que se preocupan por España y que saben qué es lo mejor para este país en cada
momento.
Entiendo que Santi es un
ultraderechista y antiizquierdista de toda la vida que se ha ganado con tesón,
esfuerzo, dedicación y capacidad tales honores. Pero hasta estos meses,
entendía que Pedro Sánchez Castejón y el PSOE se consideraban de izquierdas. Él,
un hombre de izquierdas; el partido, un partido de izquierdas. Yo lo dudo desde
que tengo uso de razón política. Ya en aquel entonces veía a Barrionuevo, Vera,
Corcuera o Rodríguez de la Borbolla y aquello podía ser cualquier cosa menos
gente de izquierdas. Pero bueno, ellos se consideraban así como antítesis a la
derecha representada por el Partido Popular y, ciertamente, alguna diferencia
podía haber entre algunos miembros del PSOE como Ernest Lluch, Pedro Zerolo o
Cristina Narbona y gente como José María Aznar, Mayor Oreja, Álvarez Cascos y
el propio Santi Abascal, que hasta hace dos telediarios había vivido toda la
vida de ser del PP.
Pero hete aquí que llega abril de
2019 y gana la izquierda española las elecciones generales. Gana el PSOE con
123 diputados, lo cual era un resultado ridículo hasta hace nada para el PSOE,
pero que dada esta nueva situación pluripartita en territorio nacional, no está
nada mal. Con los diputados de Unidas Podemos y algún partido nacionalista más
se puede formar gobierno. El PP se ha hundido miserablemente con 66 ridículos
escaños. Ciudadanos no ha sido capaz de abanderar la oposición liberal haciendo
el sorpasso al PP aunque se ha quedado cerca. VOX ha obtenido un gran resultado
para ser un partido de nuevo cuño, pero por debajo de lo que ellos y a quienes
nos provocan náuseas preveíamos.
En fin, todo es felicidad aquella noche primaveral hasta que se oye “con Rivera no” frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz. Pedro mira con desconfianza, como pensando si no le estarán diciendo que con Podemos sí. Esos rojos piojosos sarnosos comeniños incultos y corruptos. Cómo va a pactar con ellos. No podría dormir si lo hiciera. Esta plebe de ahí abajo no entiende que para que un país funcione ha de ser la derecha la que lo dirija. Maldita sea, qué gente más ignorante. Eso del socialismo ya queda atrás. Ya no tiene sentido. Necesitamos gestores. Necesitamos que la banca esté contenta. Necesitamos que las multinacionales estén contentas. No podemos pensar que es buena idea trasladar a un gobierno lo que hayan dictado las urnas. Las urnas no gobiernan un país. Gente como yo lo hace.
Hagamos aquí un alto. ¿Por qué es
Pedro Sánchez Castejón presidente en funciones del gobierno de España mientras
está ahí sonriendo en el balcón con cara de lelo? ¿Ganó unas elecciones? No. No
ganó. Consiguió el peor resultado de la historia del PSOE con 85 diputados. 85
ridículos y patéticos diputados (me refiero al número, luego ya habría que
mirar cada caso individual para dar un empaque fundamentado a esos juicios de
valor). ¿Entonces? Pues entonces sucede que salió la sentencia de la Gürtel en
la que quedaba bastante claro que el PP era un partido corrompido hasta los
cimientos. Precisamente, hasta los cimientos de su sede en calle Génova que
también se benefició en su estructura e interiores del amor del peperío por el
dinero en sobres a cambio de favores políticos. Salió la sentencia de la Gürtel
y Podemos puso de acuerdo a todos los partidos que debía poner para hacer
presidente a Pedro Sánchez que era, en realidad, quitar de presidente a Mariano
Rajoy al que le importaba tres pitos lo que era una realidad palmaria respecto
a la corrupción en su partido y no pensaba dimitir ni aunque le hubieran
pillado en un barco con la espalda llena de crema de protección solar con un
narco. Ah, no, perdón. Eso es otra película. Ese era la solución del PP al
problema de la corrupción. Feijoo. Vale.
Entonces para entendernos: ¿era y
es presidente en funciones del gobierno Pedro Sánchez gracias a Podemos?
Totalmente. ¿Me estás diciendo entonces que esos zarrapastrosos cuya
ministrabilidad no dejaría dormir a Pedro fueron quienes le hicieron presidente?
Exacto.
Llego por tanto a una conclusión
muy clara: Pedro Sánchez y su PSOE no tienen vergüenza. Ni para pegar un sello.
Si después de estar décadas diciendo que son un partido de izquierdas se niegan
a gobernar junto a otro partido de izquierdas; si trata como basura a quienes
le hicieron presidente; si dice que no podría dormir con un ministro de Podemos
cuando él fichó a varios indocumentados como ministros, alguno de los cuales
duraron días en el cargo… Si dejó pasar meses sin negociar y cuando lo hizo fue
desde una postura de superioridad y de desprecio hacia quien te tendía la mano
Y LE HABÍA HECHO PRESIDENTE, concluyo, pues, que Pedro no tiene vergüenza ni
debería ser nunca más presidente del gobierno de España. Pero lo será. Lo será
junto a Ciudadanos, que es lo que él siempre quiso. Y yo no me callaré nunca
más cuando alguien que diga ser del PSOE hable de “nosotros los de izquierdas”
o “los de derechas”.
No, bonita, no, que diría Carmen Calvini, que esa es otra con capítulo aparte.
Vosotros, de izquierdas, un mojón de pato.
PD: Ya el PSOE decepcionaba y traicionaba a mediados de los 80…
Vaya por delante que me gustan
varios deportes y que a varios les presto mucha atención, seguramente más de la
que debiera. Pero no dejo de pensar la estupidez supina que supone que haya
tantísima gente que ante el éxito de un deportista o de una selección nacional
se comporte de tal modo que pareciera que nuestra vida sea mejor y más completa
porque ellos o ellas hayan conseguido un éxito.
Rafa Nadal es, probablemente, uno
de los mejores tenistas de la historia sino el mejor. Por supuesto, es el
deportista español más laureado de la historia y tiene mucho mérito la carrera
que aún continúa. Felicidades, Rafa. Y hasta ahí entiendo yo que ha de llegar
el tema. No hasta el borrico comportamiento durante la final del US Open que
parecía que nos volvían a invadir los franceses – en este caso los rusos, vía
Medvedev- y que si Nadal perdía, el cielo caería sobre nuestras cabezas y todos
los nacionales españoles seríamos engullidos por el acelerador de partículas
con sede en Ginebra y ya ni investidura ni gaitas. Todos muertos o todos muy
chiquititos y juntitos y ríete tú si te toca la eternidad al lado de Rosa Díez.
Pero Rafa Nadal ganó. Y entonces
todo fue felicidad en los borbónicos pagos de las Españas y ya no hay paro, ni
pensiones entredicho, ni cloacas del estado, ni listas de espera en Sanidad, ni
Educación Pública cayéndose a pedazos por la dejadez de políticos que la
condenan mientras ponen todos los huevos en la cesta de la Concertada. Ya todo
nos va bien y somos felices y somos los mejores porque somos españoles como Rafa
Nadal.
La verdad es que todo esto
necesita un distanciamiento. Me imagino a un humano inteligente de un país en
el que no pasen estas cosas. Y si pasa en todos los países, pongamos un
extraterrestre que llega antes de ayer a España y observa la situación. Se
embebe de lo que ha pasado en este país en los últimos diez años. Se embebe de
lo que ha pasado en el último año. Y luego ve berrear a periodistas y
nacionalistas como si el hecho de que Nadal ganara el campeonato fuera en sí
mismo nuestro destino, nuestra dicha, nuestra infancia recuperada y nuestro
orgasmo permanente. Y luego preguntaría: “¿Pero vosotros qué habéis ganado?”.
Rafa Nadal ha ganado 3,8 millones de dólares, un montón de puntos para la
clasificación ATP, prestigio, seguidores y el orgullo de ganar. Bien. Es
entendible que Nadal y sus seres queridos estén de lo más contentos. ¿Pero el
resto de los 47 millones de españoles? Aparte de ir con él y aplaudir al
chaval. La cosa llega a un punto que gente que no sabe ni las reglas del tenis
estaban el domingo por la noche igual que si vieran a su hijo graduarse en
medicina o sacar las oposiciones de juez.
Cuando en la segunda parte de la primera década del siglo, varios deportistas y selecciones españolas empezaron a recolectar éxito tras éxito (Mundial de baloncesto, Europeos de baloncesto, Eurocopas de fútbol, Mundial de fútbol, Fernando Alonso, Alberto Contador, Oscar Pereiro, Carlos Sastre, Jorge Lorenzo, Pau Gasol, el propio Rafa Nadal, etc), no fueron pocos los nacionalistas españoles que empezaron usar la expresión “soy español, ¿a qué quieres que te gane?”. Es decir, que si España cuenta con una selección de fútbol buenísima o de baloncesto o varios deportistas que son campeones mundiales o de competiciones importantes, entonces ya todos los españoles – nacionalistas y no, se entiende- somos buenos. Somos mejores que otras naciones. ¿En serio? Luego también está el “soy español, español, español” que no se sabe si nació de un discípulo de Manolo Escobar introducido en el CNI o de dónde, pero ridículo sí parecía igual al usarse como un distintivo de calidad, como si ser español fuera una buena cualidad en sí misma, como si el hecho de haber nacido en un país te concediera atributos per se sin que tengas tú que poner de tu parte para conseguirlos. Total, naciste en el mismo país que Nadal, Gasol, Iniesta o Iker Casillas. ¿Es que no es eso algo bueno en sí mismo? ¿Qué puede salir mal?
Yo me imagino un suizo, que quitando Roger Federer y algún ciclista como Rominger o Zulle, se han comido más bien un zurullo – yo no trabajo ese artículo- en la historia del deporte, flipando con cierta gente que no sabe hacer la o con un canuto, que no han estudiado ni las tablas de multiplicar, que tienen un trabajo precario o, incluso, están en el paro, pero que van dando saltos por la calle porque Nadal, que repito ha ganado más de tres millones de euros por ganar esa final, ha sido campeón otra vez. ¡Y son ya 19! ¡Una más y alcanzamos a Federer para ser el mejor tenista de la historia! Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Es evidente que hay gente más
inteligente que esta que usa el deporte para sus fines políticos, haciendo que
los periodistas deportivos sean meros transmisores de los valores patrios que,
supuestamente, todos deberíamos abrazar por hacer nuestra vida mejor. Y que
nunca termina de hacerla mejor.
Escucho a Joaquín Sánchez, el
futbolista del Betis, ex de mi Málaga, por cierto, decir que “es una suerte
tener a Nadal en nuestro país y que le podamos disfrutar”. Me cae muy bien
Joaquín, pero resbala cosa mala en este punto. ¿Disfrutar a Nadal porque sea
español por qué? ¿Acaso porque podamos ver sus partidos porque él es español?
Evidentemente no, porque hay que ser abonado a Movistar Premium para hacerlo. 150
euros mensuales con su internet y dos líneas de móvil con tarifa plana.
Abandoné esa cara esclavitud y fui feliz después. Pero pagando esa pasta y
viendo torneos internacionales – al igual que en DAZN, este muy baratito- puedes
ver a cualquier tenista de cualquier nacionalidad y vas a pasar junto a estos tenistas
el mismo tiempo que vas a pasar junto a Nadal, disfrutando a Nadal: cero
minutos, cero segundos para la mayoría de españoles excepto, con toda lógica y
derecho, para aquellos a quienes quiera Nadal dedicar su tiempo.
Entonces, ¿cómo disfruto de
Nadal? Sólo apoyando al otro lado del televisor y si gana, me alegro con todas
mis fuerzas. ¿Es ese el disfrute? ¿Y sólo porque sea español como yo? ¿Sin
importarme nada más?
Me da la sensación de que hemos caído en la trampa de cenutrios en forma de periodistas deportivos que, para mi desgracia y por pura y simple estulticia, llevo oyendo y leyendo desde que tengo uso de razón. Conozco gente cuya vida es un desastre en todos los aspectos posibles que se sintieron completos porque Nadal ganara el US Open. Eso es muy triste. Son los mismos que se pensaron los reyes del planeta Tierra cuando en julio de 2010, con todo merecimiento y mucho mérito deportivo, se proclamó la selección española de fútbol campeona del mundo. Pero que nadie se equivoque. Ellos fueron los campeones. Y yo me alegré. Probablemente, con menos intensidad y efusividad que muchos, pero me alegré y salté con el gol de Iniesta y todo bien. ¿Pero convierte a España en un país superior a otro por ser mejor en cierto deporte? No. En el dudoso caso en el que se hubiera de establecer una competición para saber qué país es superior a otro, EVIDENTEMENTE, es el deporte a lo último a lo que hay que acudir.
Así que Pepe, Manolo, Antoñito: lo siento. No sois mejores que nadie porque Nadal sea un gran tenista. Tampoco porque España ganara Europeo- Mundial- Europeo en aquella racha mágica. Lo hicieron ellos, esos futbolistas y esos dos entrenadores y sus cuerpos técnicos. Tú no hiciste una puñetera mierda y ellos lo habrían hecho igual hubieras nacido o no. Y lo mismo vale para el basket, las motos, los coches, el ciclismo o el golf.
Nuestra vida no mejora porque el deporte español vaya mejor o peor. Nuestra vida mejora si hay trabajo para tener una vida digna. Si hay pensiones para cuando se termina ese trabajo. Si hay una sanidad pública de calidad para cuando la salud te falle. Si hay educación para que las generaciones vayan aportando a la sociedad y no haciéndola peor. Si hay ayudas sociales para quien no tenga la suerte de poder trabajar. Si terminan los feminicidios y las violaciones y la mitad de la población puede ir sola por la calle en cualquier sitio y situación sin miedo alguno. Si los gays no tuvieran que sufrir los embates de los homófobos. Si nadie es insultado, vejado o maltratado por ser de una raza distinta. De este modo, mejora nuestra vida. Si Rafa Nadal gana un partido, 3’8 millones de dólares en un día, un campeonato o es el número 1 de la ATP, os aseguro, nacionalistas y wannabes, que no mejora ni vuestra vida ni la mía. Que lo único que hacéis es el ridículo, pero no os preocupéis porque no hay neuronas en esa sesera para que os podáis dar cuenta.
Pedro Sánchez y sus drugos no quieren testigos en sus
consejos de ministros. Prefieren que les apoye Unidas Podemos desde la
distancia. Es una sabia medida profiláctica, la más antigua de todas y que la
Iglesia Católica y otros religiones han intentado propagar, con escaso éxito
según épocas, por el mundo: la abstinencia.
Sí, para Pedro Kent Sánchez resulta más adecuado no tener a
podemitas sentados a su lado. Es que son de un pesado. Hasta rojos se
consideran. Y de izquierdas. Cosa más antigua. Ya sólo faltaba que llevaran
piojos a La Moncloa. O sarna, que es peor. Uno nunca sabe con esa gente.
Los desprecios del PSOE en estos meses a Unidas Podemos son
incontables. No se pueden relatar todos porque daría para un libro. Un libro
aburrido, lleno de basura intelectual y emocional. Centrémonos en lo último: “ya
el tiempo de un gobierno de coalición ha pasado”, ha dicho Pedro y sus
adláteres.
Yo puedo soportar que me llamen rojo, perroflauta,
comeniños, basura… Uno va a una manifestación contra la valla en Ceuta y acaba
vacunado de las cosas que te pueden gritar los fascistas desde un puente. Uno puede soportar que le digan que sólo un
mundo es posible y es el del neoliberalismo nacionalista, clasista y racista.
Vale. Lo estamos viviendo cada día desde hace décadas. Pero lo que no es
aceptable es que salga un men(drugo) como el ministro en funciones Ábalos o un
despojo intelectual (me importa un bledo su cátedra) como Carmen Calvo y diga “el
tiempo de un gobierno de coalición ha pasado” como si estuviera hablando de un
temporal o un huracán. Si algo no puedo soportar es que me tomen por imbécil.
Prefiero el vil insulto.
Hoy, Pedro ha descubierto la pólvora y es poner tropecientas
medidas en lo alto de la mesa y ofrecer unos cuantos puestos de alta dirección,
seguramente remunerados de una manera muy parecida a la de un ministro, para
convencer a Unidas Podemos y conseguir su apoyo. Hablamos de un presidente que
lo es gracias a que Unidas Podemos trabajó en las diferentes bancadas del
Parlamento para que ÉL fuera presidente. Así paga Pedro. Le salvas la vida y te
manda un vino de cinco euros a casa.
Es una vergüenza lo que ha hecho Pedro y sus mamandurrios
estos meses, ciertamente. Tampoco ha tenido mucho sentido la apuesta de Nuestro
Amado Líder de Galapagar para formar coalición con un partido que es solo el
menos malo de los que pueden gobernar España. No el mejor. No un partido en el
que quienes hemos votado a Unidas Podemos (con más o menos cariño por sus
líderes) podamos vernos representados y podamos sentirnos orgullosos del voto
que ha hecho presidente a Pedro Sánchez Castejón.
Llegados a este punto, sólo hay dos alternativas: mandar a
la mierda a Pedro Sánchez y sus pelotas rastreros o aceptar esto con todo el
desprecio posible y dejando claro que no se va a dejar pasar ni una sola de las
medidas anunciadas. Ya también podemos colocar a Echenique en algún puestazo y
quitarlo un poco de en medio.
La otra posibilidad, sin duda tentadora, es decirles a todos estos arrogantes traidores y sinvergüenzas que vayan al super chaletazo de Albert (incluso más grande que el de nuestro Pablemos, pero eso sí, de alquiler) y se pongan allí de rodillas rezando una novena para convencerle y que ofrezca su apoyo y el de su partido (eso sí que es una Naranja Mecánica y no la de Burgess), pero tendría esta solución poco recorrido porque después de unas nuevas elecciones para martirizarnos, el resultado podría ser más o menos el mismo. Y entonces, ¿qué hacemos? ¿Seguir así toda la puta vida? Peor aún, que gane el bloque de derechas, que podría ser el trifachito con nombre de España Suma. Y Espinosa de los Monteros y el ex boina verde, Ortega Smith, de ministros. Holy mother of god.
En fin, yo creo – y lo creía antes de los desprecios del PSOE- que lo mejor es, precisamente, no sentarse junto a ellos. Tal vez no pensemos de ellos que tengan piojos o sarna, pero sí algo mucho peor: la fuerza destructiva de la política de baja estofa que desanima a todo el mundo y que sólo existe para perpetuar el sillón o puestazo que se haya conseguido, medrada en partido mediante. Y contagiarse de eso es contagiarse de la enfermedad que podría acabar, definitivamente, si no lo ha conseguido ya la familia real podemita, Pablo e Irene, con un partido fuerte a la izquierda del PSOE. O, en otras palabras, la única plataforma electoral de izquierdas fuerte que se presenta en todo el Estado Español.
Traigo aquí otro poeta
malagueño, como María Eloy y Sergio Franco, pero no hay problema con que se me
agoten porque en Málaga sólo hay dos productos exportables atendiendo a la
cantidad: turistas y poetas. Si bien sería raro exportar a los primeros (ya se
exportan a sí mismos cuando vuelven a sus casas, siendo reemplazados por otros
que se importan a sí mismos – y tal vez a sus seres queridos-), estaría bien
poder exportar a los segundos si bien no físicamente, sí sus poemas y su obra.
Gotor (se llama José
Luis, pero cuando uno tiene un apellido tan poco común en el sur, casi mejor
explotarlo como sello único e irrepetible) es un poeta hecho a sí mismo.
Leyéndole es muy evidente varios referentes poéticos siendo Benedetti y
Bukowski quienes más saltos dan para verse entre los versos, sin olvidar las
letras de canciones y poemas de Leonard Cohen y otros como Lou Reed, Ángel González
y tantos más porque todos nuestros textos han sido ya textos de otros y sólo
nos queda mezclar de un modo más o menos certero, no porque no todo está
escrito –que probablemente- sino, más bien, porque hay tiempos nuevos que
escribir. Sea con las herramientas que sea.
¿Por qué entonces este
Gotor es un poeta hecho a sí mismo? Porque jamás ha participado de la patulea
de poetas que abrazados avanzan sobre los días con sus poemarios editados por
bandera y sus ínfulas de diosecillos culturales como escudo para protegerse de
la realidad. La realidad que dice que la poesía y los que escribimos poemas
importamos una reverenda mierda al resto de la humanidad.
Algunos poetas son como ese personaje de Pequeña Miss Sunshine interpretado por Steve Carell que dice ser el mayor experto en Proust de USA, pero está de veras deprimido porque su ex le ha dejado por el otro gran experto en Proust de USA. Y ya duda quién es más experto. ¿Quién es el mayor experto en Proust de USA y a quién carajo le importa?
Gotor es muy consciente
de este estado de las cosas por lo que anda por el mundo despojado de
arrogancia alguna y escribe porque le es natural hacerlo, porque necesita dejar
por escrito ciertos días, ciertas ideas, ciertas sensaciones que dentro duelen,
molestan o, sencillamente, es más agradable cuando están fuera. Y si, además,
como es el caso, fuera ganan premios y recogen algo de cash que llevarse al
coleto, pues tanto mejor.
Traigo, para empezar,
este poema que está en su plena adolescencia, casi pensando en echar su primer
polvo está este poema. Fue parte del poemario con el que Gotor ganó el Segundo Premio
de Poesía Málaga Crea 2004:
Repasando
octubre
Abrigar la necesidad de una respuesta
dar la espalda al estereotipo
a veces se muere alguien
no siempre lloramos con los ojos
hablamos más que mentimos
y eso no siempre resulta eficaz
tenemos café
tabaco muebles
viejos
grietas en el techo y en el bolsillo
este octubre lluvioso
que solo enamora los domingos por la tarde
este budista Leonard Cohen
este uruguayo Mario Benedetti
ese hervidero de cucarachas que es nuestra
cocina
todos mis huesos me reconocen
aunque yo siga negándome en el espejo
no quiero repasar tristezas
solo pensarlo me entristece
este octubre también tiene lunes por la mañana
tú Vanessa sólo me miras en fotografías
quiero pensar que me miras desde ese trozo de
papel
voy a intentar olvidar el significado de la
palabra memoria
aunque esto sea algo así como un réquiem
a un yo que deduzco que ha muerto
las cucarachas toman un cocktail vestidas de
luto
todo muy americano aunque
no hay ponche
entiendo su silencio como un síntoma de
respeto
hay llamadas de teléfono que no habría que
responder jamás
contemplar el mar azorado por una gran
tempestad
a veces produce un balsámico efecto para los
nervios
aunque en ocasiones se tenga opio más a mano
cuando me travisto de escritor
exploto los rasgos más bellos de mi fealdad
en el tendedero cuelgan al sol mis
calzoncillos calcetines
y mi capacidad de asombro
ya deben haberse secado
del mono vino el hombre o eso dicen que dijo
Charles
murió sin embargo antes de averiguar el antecedente
del fumador pasivo
¿el neandertal apagafuegos?
este presente de ahora mismo que ayer fue
futuro
y mañana pasado reciente
deja de existir al releer estas líneas
desgarradoramente triste como la rutina de los
beatos
abrasadoramente triste como la mentalidad de
los beatos
psicópatas hay en todas partes
llámense jefes o conductores o presidentes
o carniceros o estanqueras
algunos de ellos pasaron por mi vida
y también por mi cama
en resumidas cuentas
este octubre se agota
game over
como diría cierto amigo argentino
ya se cae a pedazos octubre
vendrá noviembre sin más
y seguiré necesitando respuestas
de espaldas a toda clase de estereotipos.
El
primer Gotor. Humor irónico dentro de una suave desesperanza que sabe él – y deberíamos
saber todos- que siempre estará ahí. Con todo, siempre habrá hallazgos,
Vanessas, amigos, amores y si tu piso está infestado de cucarachas, como lo
estaba el piso en el que escribió este poema, qué mejor que invitarlas a tus
poemas, darles un rol, hacerlas tus amigas porque si no puedes matar a todas
las japutas, al menos, comparte tu vida con ellas y sigamos “lo más bien” que
diría aquella bella mujer, uruguaya también, como nuestro común amigo Don
Mario.
“vendrá noviembre sin más”. Porque así es este asunto. Que no hay tiempo muerto ni somos capaces de matar el tiempo para encontrar un momento de reflexión. Por eso aunque “y seguiré necesitando respuestas”, no esperes, Gotor primario, que va a ser tan fácil encontrarlas. Antes al contrario, vamos a seguir recolectando preguntas por estos campos del señor sin hallar, jamás, una respuesta válida si entendemos por válida una que nos valga para siempre.
Dorian Gray o José Luis Gotor Trillo allá por 2003, en el piso donde las cucarachas asistían a cocktails:
Fue
cambiando Gotor. Me refiero a su poética porque el cabronazo es lo más parecido
a Dorian Gray que te puedes encontrar en sus ya cuarenta candados abiertos a
hachazos y a versos a quemarropa. Con este poema “Muerte de otro poeta” ganó un
premio en Mijas hace dos años:
Muerte de otro poeta
La
verdad es que la intención era otra.
Yo
pretendía
y
a sus pies me postro
desperezarle
los cabellos enjaulados
decirle
seis cursiladas de manual
proponer
café o misterio
pretendía
hacer de otros para ser yo mismo
yo
buscaba inventarle un refugio de palabras
donde
protegerse de los temporales de la duda
donde
cobijarnos si el plural ardiese deseado
yo
perseguía bautizar a la primavera
con
ríos de razones para soñar con nomeolvides
con
metáforas de tinto a ras de piel
yo
anhelaba darme a luz en estas letras
Le
suplico pues que perdone la torpeza.
Yo
codiciaba
y
ya su bondad parece legendaria
confeccionar
el aire donde sembrar el elogio
escapar
de la copa como placebo y de la lágrima toxicómana
vertebrar
un par de endecasílabos
aunque
no conmovieran como éstos
quería
descubrir si existe el arroyo
donde
se bañan los quizás.
Hiperbólico
le agradezco la comprensión.
Disculpe
la osadía y no se preocupe,
abandono
la lírica de inmediato
y
me acomodo en mi nuevo despacho.
Nos hicimos mayores – tampoco podíamos evitarlo, qué carajo- y los poemas de Gotor empezaron a llenarse de metáforas sin perder su capacidad para el diálogo. Fueron puliéndose los versos a medida en que las lecturas van afeando los primeros poemas donde nos vemos inocentes y pueriles, porque ya no somos eso y hasta nos sorprende que una vez lo fuéramos. Pero lo fuimos. Y sin aquello no habría ni podría haber esto. Esa es también la belleza del asunto. “Vivir de corrido”, pero haciendo poesía, Silvio.
Y tan
contentos de que Gotor, ya más civilizado, ya con menos o ninguna cucaracha en
su cocina, siga produciendo textos para retorcer y estrujar las palabras y ser
capaz de alumbrar una imagen o una metáfora en ese verso cuando parecía que iba
a sonar el gong y se terminaba el asalto. Eso es también el mérito de este
poeta. Porque entre las voces de Mario, Hank y Leonard ya aparece también la
suya, no como un dueto sino como un monólogo de poeta cierto, un poeta de
verdad que no necesita masajes del establishment, que entiende toda la fealdad
del asunto y por eso evita las cuartos oscuros con “dueños” de editoriales o la
complicidad con esos próceres que no se sabe muy bien por qué (Imagine y no
precisamente de John Lennon) abren las puertas de incautos jovenzuelos/as que
creen haber llegado al Nirvana y resulta que ahora empieza tu obligación de
vender el libro. Porque nada hay sagrado en este puto mundo y se prostituyen
hasta las monjas por cinco minutos de prime time.
Hablando de prostitución y ya acabando, pongo aquí un poema que escribió Gotor en, o a la vuelta de, Tailandia, cuando comprendió que si bien en todos aquellos establecimientos de masajes se daban masajes, en algunos – bastante identificables una vez allí- no sólo se daban masajes:
Posibilidad de final feliz
(a las mujeres de los salones de masaje de Tailandia)
de nuevo el ejercicio de
olvidarse
mientras abandonas el dudoso
palacio arrabalero
mientras la noche que llega y
esta humedad
mientras cien mosquitos y este
barro eterno
estas suelas rotas del maldito
tsunami
este blanquito centroeuropeo
ya tan ebrio o quizá aún
olvidarse de recordar el
presente y tu nombre tan ajeno
olvidarse el corazón y el asco
y olvidarse sobre todo de la niña
olvidarse del hambre y los
somníferos
olvidarse de aquello que solo
fue un sueño
y alejarse del cuerpo propio
lo más posible
de nuevo la rutina del vicio
se especifica aquí en Bang Tao
de nuevo mientras la calle se
principia y las luces ya tan rojas en la oficina
y hay que pensar en la niña y
olvidarse de cuántos te habrán
pensar en bahts y en crema de
manos
en el bolso siempre cerca bien
preñado de condones
en la sonrisa tan difícil e
incluida en el servicio
pensar que no hay miedo aun
sabiéndose inquilina
pensar en masajes que nadie se
cree
entrar al gélido deseo por la
puerta de empleadas
ponerse lo mínimo y exhibirse
lo antónimo
y de nuevo el ejercicio de
olvidarse
enfrente de tus esfuerzos de
olvido y escote
ya sin duda de noche y con
esta humedad
sucumbe en una terraza para primermundistas
la cerveza de otro turista
cincuentón
y os miráis y él te hace así
despacio con la cabeza
tú desearías que le dolieras
en el corazón
pero algo de cotidiano en su
sonrisa te dice
que apenas serás
una vez acordado el precio
otro souvenir
otro nimio jarrón en su
pasillo del remordimiento.
No es fácil escribir un poema que es como un cortometraje en el que todo lo ves a través de esos versos. Por otra parte, me parece sublime el verso final “otro nimio jarrón en su pasillo del remordimiento” que hasta nuestro querido Don Mario, witja mediante, quisiera reclamar para sí mismo. Y no es fácil que Don Mario, en toda la paz ganada a pulso en una vida de buena persona y mejor poeta, quiera molestarse en reclamar verso alguno.
Gotor en el Lago Ness con más frío que siete viejas:
Y ya para terminar y demostrar que hablamos del mismísimo Dorian Gray sin que nadie haya apuñalado su retrato, una imagen actual del interfecto:
Porque ya está bien de política macro, de esa en la que las gentes seducen a pobrecitos mentales y a otros arribistas que se les acercan salivando, ignorando que les aguarda el cuchillo en la mitad de la espalda. Pongo aquí este poema a raíz de una frase de mi compañera de vida y azares cuando le fui con la pena de que tenía un día malo porque unos hombres grises de Momo de mi curioso curro (que en realidad es un metacurro, pero mejor dejarlo ahí) me hacían la vida imposible a mí y a mis compañeros más cercanos.
Ojalá sirva para poner en perspectiva todo eso que nos duele
cuando no debería; toda esa manera de pasar malos ratos sólo porque imbéciles,
sin ningún tipo de creatividad y sin más razón de vida que la de destrozar todo
cuanto bello pudiera producir otro u otra, quieran otra vez tirar tu trabajo
por los suelos y anularte en aras de una palabra que inventaron los mediocres
para llegar a un puesto determinado y que no se mueva ni una hoja de un árbol
sin que ellos lo hubieran aprobado previamente: “lealtad”.
Se pueden ir a la mierda esos canallas de la lealtad, cuando lealtad significa continuar con la mediocridad, el miedo, la falsa amistad y el aún más falso compañerismo. Por eso, no dejemos que esas Hermanastras de Cenicienta nos jodan ni un solo minuto de nuestra vida. Que ellos farfullen, se lamenten o intenten tirar tu imagen por los suelos no ha de quitarte ni medio gramo de energía, porque eso es una mierda de día malo. ¿Sabes lo que es un día malo? Te lo voy a decir: día malo, que te sangre el culo.
A medida que ha pasado el tiempo y hemos visto la verdadera cara de Carmen Calvo nos hemos escandalizado en esta parte zurda del mundo. Y lo hemos hecho porque Carmen Calvo, o más bien, Carmen Calvini, se ha destapado como una persona manipuladora, mentirosa, maquiavélica y desagradable, cuando no cruel. Ha nacido hoy el mote de Calvini en twitter por su similitud con Matteo Salvini, ambos tan preocupados por hundir al Open Arms o, más, bien, las ganas de seguir salvando vidas de esos héroes y heroínas que se la juegan para rescatar personas del mar mientras todo un presidente del gobierno como Pedro Sánchez se sujeta el escroto frente a la siempre bella Sanlúcar de Barrameda. Derecho a vacaciones tiene, como todos. Pero no derecho a dejarnos como presidenta en refunciones a alguien como Calvini.
No sólo se dedicó a mentir diciendo que UP quería todo el gobierno (cuando le ofrecían gestionar el puñetero 3% del Presupuesto, el puto 3% y ella iba diciendo que quería todo el gobierno!!) sino que se dedicó también a filtrar documentos a la prensa cambiando el título de propuestas a exigencias en un burdo juego que en cualquier país civilizado le habría costado el puesto en el gobierno y en su partido.
Como se dio cuenta de que estaba trascendiendo la calaña humana que presenta a este mundo o, más bien, a esta parte del mundo, tuvo a bien la señora comentar en un curso de verano de una universidad que eso de la libertad de expresión habrá que limitarlo, apuntando a las fake news, supuestamente, pero sabiendo todos lo que usamos twitter que se estaba refiriendo a que ya estaba bien de hablar mal de ella porque en esos días se le estaba dando, como dice una amiga mía, fuerte y flojo.
Previamente a ello, había despachado a las políticas conservadoras que decían que ellas eran chupifeministas también o que habían ayudado al progreso de los derechos de las mujeres con un “no, bonita, no” diciendo que no cualquiera podría atribuirse los logros del feminismo, cosa en la que le doy la razón y se la quito a los pocos segundos cuando quiso decir que esos logros eran de su socialismo. Un mojón pa ti, bonita. Miles de mujeres a la izquierda del PSOE se curraron la primera huelga del 8M y no sólo eso, que es lo más visible, sino todo un trabajo diario de concienciación y de política de lo cercano sin la cual habría sido imposible un 8M. Un mojón pa ti, bonita, es eso obra de tu socialismo de pegatina.
Entonces, ya traicionada la izquierda y ya todos los que
cojeamos de la zurda sabiendo que Calvini y su Pedro estaban por Albert y que
lo que verdaderamente quieren es un gobierno con Ciudadanos (partido
ultraliberal y ultranacionalista, como lo ha estado demostrando en los últimos
años) cuando llega el Open Arms frente a las costas de Lampedusa.
En un ejercicio de vergonzosa ignorancia y tortícolis ética, el gobierno español mira para otro lado porque “eso es cosa de Italia” aunque se trata de un barco español lleno de náufragos al que el gobierno italiano capitaneado por Matteo Salvini (da igual que sea el Ministro del Interior, ahí el que manda es él gracias al caballo de Troya del fascismo que es el Movimento 5 Stelle, gobierno por cierto ya dilapidado) le impide atracar en puerto seguro como manda la lógica, las leyes internacionales del mar y la decencia. Días y días esos inmigrantes dentro del barco sin poder desembarcar.
Entonces Calvini, que había ido a la Feria de Málaga a echar un Cartojal y unos bailoteos (recordemos que ella es la vicepresidenta y que el presidente estaba de vacaciones en Doñana), dice desde la calle Larios que bueno, que qué queremos que hagan, que eso es un tema de Italia y bla bla bla. No pasaron dos días desde eso cuando Pedro encendió su móvil en el Palacio de las Marismillas y pensó “bueno, ya casi tres semanas de esa gente ahí, va a haber que hacer algo. Que vayan para Algeciras”. ¿Que no pueden llegar a Algeciras? Que vayan para Baleares. ¿Que tampoco podéis? Os mandamos un barco de la Armada para recoger a los inmigrantes. Todo eso vía twitter, al más puro estilo Trump. Pero ya era jodidamente tarde, Pedro. 150 langostinos tarde. Exquisitos en Sanlúcar, por cierto.
Calvini estaría de resaca, que en la Feria de Málaga sabe
uno como llega, pero nunca se sabe cómo se sale. Cuando se pone ya a currar a
full, recuperada y tal, dice que el Open Arms tenía permiso de Malta para
desembarcar, pero se negaron. Malta no dice ni mu y la gente de Open Arms dicen
que es mentira. Nótese que trabajar a full para Calvini es mentir como si no
hubiera un mañana.
Hoy, se va a la SER y empieza con su ametralladora de repetición de mentiras y manipulaciones. A saber:
compara el Movimiento 5 Stelle con Podemos. Es decir, el movimiento que gana las elecciones y forma gobierno con el fascismo italiano comparado con un partido de Izquierdas y antifascista.
dice que ya no se puede formar gobierno con Unidas Podemos porque “el tiempo no pasa en balde”. ¿Qué carajo significa eso exactamente si han pasado tres puñeteras semanas desde que no se llegó a un acuerdo?
dice que el Open Arms no tiene permiso para rescatar a personas. ¿Desde cuándo se necesita permiso para salvarle la vida a alguien que va a morir si tú no lo haces?
dice – o filtra, ya no lo sé- que el Open Arms podría ser sancionado hasta con 900000 euros.
Y no sé si me dejo algo. Esta es Carmen Calvo. Carmen No Bonita No Calvo. O Carmen Calvini. Si todo lo expuesto no es para que se vaya del gobierno ipso facto, Unidas Podemos debería proponer entre sus PROPUESTAS el veto a Carmen Calvo en el gobierno. Que se vaya a donde la quieran que es, exclusivamente, en las sedes del PSOE, ese partido que sigue gritando que es de izquierdas mientras babea por un acuerdo con el partido de Albert Rivera e Inés Arrimadas.
Me parecen más auténticos los
enormes ojos color coca-cola de Isabel que los ojillos que se adivinan tras las
gafas de Íñigo. Lady Atascos no engaña: es así de real. Y le ha dicho a Harry
Potas la verdad, tal vez aumentada por toda esa exageración que da el atril. No
parece Íñigo el mayor traidor de la historia, pero sin duda, traidor es y no
iba Isabel a desperdiciar la posibilidad de recordárselo.
Isabel Díaz Ayuso es un perfecto
producto del PP. Empieza peloteando de jovencita, sigue peloteando cuando dobla
los treinta, aprieta el acelerador del servilismo a medida que van pasando los
años y termina con un puestito de candidata en una comunidad en la que el PP
siempre tendrá muchas posibilidades de ganar las elecciones o, como es el caso,
de no ganar, pero acabar gobernando gracias a su Ciudadanos Hacendado y a los
homófobos y xenófobos de VOX (para qué llamarles fascistas si, en realidad, les
gusta).
Es pesada Isabel con el tema de Venezuela. Habría que empezar ya a devolver el tema venezolano y cambiarlo por Arabia Saudí. Maduro es Candy de “Candy Candy” comparado con los gobernantes de un país que crucifica opositores, asesina a gays por ser gays y trata a las mujeres como seres inferiores a los hombres. ¿Tiene tratos España con un país medieval como ese? Todos los que puede y más. ¿Hay algún problema porque algún español sea contratado por ese estado? Ninguno. Maravilloso. Pagan estupendamente. ¿Mantiene buena relación nuestra familia real con la familia real de ese país? Inmejorables. El papi del actual rey de España es prácticamente hermano de todos ellos. De corazón. Y de bolsillo, se entiende. ¿Entonces qué carajo estáis hablando de Venezuela que son unos aficionados para pisotear los derechos humanos comparados a los campeones de la Champions del pisoteo que es Arabia Saudí?
Íñigo dejó a Amado Líder cuando entendió que ya no era su ojito derecho. Cuando se dio cuenta de que no le hacía ni puñetero caso. Intentó liderar Podemos en el famoso Vistalegre y no lo consiguió. En parte, porque Amado Líder es eso mismo para muchos registrados, afiliados, amiguetes o como carajo se les llame a quien pueda votar esas cosas en Pablemos y en parte porque a Íñigo no lo quiere mucho nadie. Salvo, tal vez, Carmena. Y precisamente por eso ha conseguido un resultado bastante aceptable en las elecciones autonómicas, mucho mejor que el de Podemos. Pero por más insoportable que sea Pablo Iglesias y su legión de pelotas (que pelotas hay en todas partes, Isabel), por más que también ellas y ellos hayan traicionado a la izquierda real cayendo en la misma miseria moral que el resto de partidos, en los mismos cuchillos largos y bullying mesetario, hay que entender que esta no era la manera ni era el momento.
Si la izquierda real -y no esos farsantes del Partido Español que dirige Pedro Sánchez- vuelve a ser residual como lo era cuando votábamos a IU y conseguíamos menos diputados que Coalición Canaria, pues mira, tal vez sí es el momento de crear otro partido a la izquierda del PSOE, como lo hizo Pablete, Juan Carlos y el mismo Íñigo creando Podemos y dándole tal golpe a la línea de flotación del barco de IU que tuvieron que subirse a la carrera al barco de Podemos para no ahogarse. Entonces, si ocurre, sí era tu momento, Harry, pero no ahora que estamos de mierda hasta el cuello, que Pablo, Juan Carlos y Echenique han demostrado ser unos bullies impresentables y que aparece la extrema derecha con fuerza electoral sin que sea raro que ya mismo estén personalmente – y no sólo mediante acuerdos- presentes en gobiernos liderados por el PP.
Por eso eres traidor, Íñigo.
Porque tu ego te ha lanzado a desgajar a la izquierda real al igual que el ego
de Pablo, Amado Líder, le llevó a presentar un candidato a la alcaldía de Madrid
en el colmo de la miseria moral de nuestro obrero de Galapagar.
Por tanto, estoy con Isabel. Ella sí me parece de verdad. No engaña a nadie. No tiene ni puta idea de prácticamente nada, se expresa como una adolescente caprichosa, profiere estupideces en serie y lee lo que le ponen sobre cómo ser chupi liberal – que pague impuestos Rita La Cantaora, y el IBI también, por cierto-, pero va a ser la presidenta de la Comunidad de Madrid, “la más importante de España” dado el asqueroso centralismo que padecemos en estos borbónicos pagos. En El Mundo y en Telecinco he podido leer y escuchar que nadie entre los barones del PP tendrá más poder que ella, lo cual es curioso porque en mi tierra andaluza el presidente – que tiene una hermana profe de conservatorio, por cierto- es del PP. Y Andalucía tiene más población que Madrid y aporta al Congreso más diputados que Madrid. Pero claro, Madriz es Madriz. Y al resto que nos jodan. Incluido al hermano de la profe, ya directora al acabar este texto, de Conservatorio.
PD: nada de lo dicho tiene que ver con el partido IZAR, que se creó en Andalucía cuando parte de Podemos les dio una patadita para sacarlos de la foto porque dentro de ella molestaban. Y con esas pataditas, puñaladitas, empujoncitos nos va “estupendamente”.
Ha fallecido Blas Infante de un fusilamiento. Iba andando por Sevilla en agosto, a quién se le ocurre. Pasaba por la Carretera de Carmona cuando un pelotón de fascistas se le puso enfrente. En eso, una bandada de pájaros se cernieron sobre los fascistas y, sin poder ellos evitarlo, empezaron a disparar y a quien tenían enfrente era Blas Infante. Murió el pobre por el fusilamiento. Tristemente fallecido.
Los fascistas, compungidos con
tan terrible pérdida, rezaron veintidós padres nuestros y cuatro ave marías.
Tras ello y para ahorrar dolor a la familia con velorios y enterramientos, llevaron
los fascistas su cuerpo al cementerio de San Fernando y lo arrojaron a una fosa
común.
Ha sido una triste pérdida, pero los accidentes ocurren cada día. Hace ahora 83 años de aquel infortunio. Los restos de Blas Infante siguen en la fosa. Hay miles de personas más ahí, muchas fallecidas por bandadas de pájaros que atacaban a fascistas con escopetas y otras que no tenían recursos para acabar en lugar más digno. Descansen en paz ellos en el cementerio de San Fernando y Queipo de Llano, ese locutor de radio, en la Basílica de la Macarena. Todo en orden en mi Andalucía.